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En febrero de 2011, Cuba completó la primera conexión de cable de fibra óptica submarina de la nación isleña, que debería haber otorgado velocidades mucho mayores para los usuarios web cubanos. Ahora Renesys, la autodenominada autoridad de inteligencia de Internet, informa que el cable finalmente se activó la semana pasada, aunque no de manera normal.
El cable, llamado "Alternativa Bolivariana para los Pueblos de nuestra América" (ALBA-1), conecta a Cuba con Internet internacional a través de Venezuela, y debería haber aliviado la carga de conexiones de datos satelitales lentas y poco confiables que se utilizan en el país. Sin embargo, Renesys encontró en sus observaciones que, si bien los datos comenzaron a fluir a través de la "Empresa de Telecomunicaciones de Cuba SA" (ETECSA) de la empresa española de telecomunicaciones Telefónica, los datos no fluyen libremente.
"Creemos que es probable que el servicio de Telefónica a ETECSA sea, ya sea por diseño o por mala configuración, utilizando su nuevo cable de forma asimétrica", escribió Doug Madory en el blog de Renesys. "En tal configuración, ETECSA disfruta de un mayor ancho de banda y latencias más bajas (a lo largo del cable submarino) cuando recibe tráfico de Internet, pero continúa utilizando servicios satelitales para enviar tráfico".
Cuba en realidad tiene dos sistemas de datos: una intranet estatal y acceso limitado a Internet internacional. El trabajo de Renesys se centra en lo último.
Lo que los investigadores no ven es un mecanismo de filtrado integral, como el Gran Firewall de China. En declaraciones a la BBC, Madory dijo que los países con conexiones altamente censuradas muestran patrones diarios de latencia. En estas situaciones, la latencia aumenta a lo largo del día a medida que más y más usuarios se despiertan y se conectan.
"Al observar las distribuciones de estas latencias a lo largo del tiempo", dijo Madory, "no veo ningún patrón diurno".
Reporteros sin Fronteras, que mantiene una lista de censura país por país, se hizo eco de las conclusiones de Renesys en su sitio web: "el régimen no tiene los medios para establecer un sistema de filtrado sistemático, pero cuenta con varios factores para restringir el acceso a Internet". Estos incluyen tarifas altas por acceso por hora y problemas de infraestructura de datos nacionales.
Esos problemas de infraestructura pueden ser al menos parte de por qué ALBA-1 ha tardado tanto en mostrar signos de vida. También puede provenir de la incertidumbre dentro del país sobre qué hacer con el nuevo acceso, una vez que esté disponible. También es posible que el gobierno cubano esté mucho más preocupado por la información que sale de Cuba, por ejemplo de blogueros disidentes, que por la información que fluye hacia el país.
Cualquiera sea la razón, Cuba parece estar en una encrucijada de cómo el país entero interactuará digitalmente con el resto del mundo. Lo que eso significará aún está por verse.
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